Los promotores de la islamofobia saben bien que el Islam puede salvar al mundo de la dominación occidental

Los promotores de la islamofobia saben bien que el Islam puede salvar al mundo de la dominación occidental



El fanatismo-racismo antiislámico, llamado islamofobia, se basa en una supuesta "verdad": para justificar la política exterior estadounidense en Asia occidental –en particular, el apoyo al régimen de apartheid y la ocupación sionista– hay que deshumanizar a las víctimas, y transformarlas en culpables, aún así no hayan cometido actos que puedan ser de su propia defensa. Están criminalizados antes de nacer.
 

De acuerdo con un artículo de Pastoday, los promotores de la islamofobia, antes y hoy, durante la guerra del régimen israelí en Gaza, siempre han tratado de falsificar la realidad, describiendo el movimiento de la resistencia palestina, que lucha por la liberación de su tierra, como un movimiento de naturaleza "violenta" y "fanática". Esta misma campaña de desinformación aplica también a los árabes y musulmanes de todo el mundo.

Para entender esto más claramente, retrocedamos a 2016, cuando el sentimiento antimusulmán en Estados Unidos era lo suficientemente fuerte como para llevar a Donald Trump a la Casa Blanca. Su plan de "prohibir la entrada de musulmanes a Estados Unidos" salvó a la campaña de Taycoon de la marginación, lo que resultó en que la Convención Republicana en Cleveland coronara a Trump como candidato del Partido Republicano en las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre de 2016.

Pero las semillas de la victoria de Trump en 2016 se plantaron hace muchos años, concretamente el 11 de septiembre de 2001. Anteriormente, a principios de los años 1990, con el fin de la Guerra Fría, intelectuales como Samuel P. Huntington y Bernard Lewis habían contribuido a promover en Washington la idea de que Occidente se enfrentaba ahora al Islam como un “choque de civilizaciones”.

Huntington escribió que, con la "derrota" del comunismo, el Islam era el "enemigo ideal" para Estados Unidos, porque era racial y culturalmente diverso, y militarmente lo suficientemente fuerte como para representar una amenaza creíble a la seguridad estadounidense.

Pero, cuatro años después, en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2020, la guerra contra los musulmanes parecía haber terminado, y la historia de los "musulmanes peligrosos" ya no encontró espacio en las portadas de los periódicos estadounidenses. El factor antiislamismo estuvo casi completamente ausente de la campaña de reelección de Trump en 2020. En esta etapa, la presentación de Rusia y China, como enemigos de los Estados Unidos de América, ocupó el lugar de la islamofobia.

El bombardeo sin precedentes de Israel sobre Gaza comenzó en paralelo con un bombardeo mediático de propaganda antiislámica en Estados Unidos. En la ciudad de Plainfield, en el estado de Illinois, la pequeña palestina Wadea Al-Fayoume fue asesinada por un hombre blanco al grito de "Ustedes los musulmanes deben morir".

El niño fue apuñalado 26 veces por Joseph M. Czuba, de 71 años, propietario del apartamento donde se alojaba con sus padres. El hombre lo atacó, a él y a su madre una joven de 32 años que sobrevivió al asalto, en un crimen de odio vinculado a la guerra de Israel contra los palestinos.

Las autoridades israelíes han descrito repetidamente la operación Tormenta de Al Aqsa de Hamás del 7 de octubre, como "el 11 de septiembre" de Israel. Es a través de esta falsa comparación que los actuales líderes de Israel han intentado alinear a sus antecesores. Esta odiosa comparación es inaceptable, porque Hamás ha estado librando una batalla para poner fin a la ocupación israelí desde el siglo pasado hasta hoy, mientras que Al Qaeda ha intentado ampliar el frente de hostilidad contra Estados Unidos, siendo un mero instrumento nacido de las propias agencias de espionaje norteamericanas y del régimen de Israel.

La continuación del apoyo occidental a la victimización del régimen sionista usurpador, además de las declaraciones desequilibradas y deshonestas de funcionarios gubernamentales sobre Palestina y los musulmanes, han hecho que la atmósfera sea más tensa que antes de que se intensificara la islamofobia de manera organizada. En Estados Unidos, los incidentes relacionados con la islamofobia han aumentado un 180%, en Canadá un 1.300% y en Gran Bretaña un 600%.

A pesar del aumento de los casos de violencia contra los musulmanes, las manifestaciones pro Palestina han sido prohibidas en países occidentales como Gran Bretaña, Alemania y Francia. Sin embargo, muchos partidarios palestinos desafiaron las normas y salieron a las calles, aunque en el caso de Francia fueron atacados con gases lacrimógenos y cañones de agua, y en Alemania fueron agredidos físicamente por las fuerzas represivas.

Estos hechos fueron tan extraños que alzaron la voz de los parlamentarios británicos. Representantes de varios partidos políticos, incluidos los conservadores en el poder, han sido muy críticos con el gobierno del país, por su incapacidad de abordar el creciente odio antimusulmán y las formas de combatir esos crímenes.

En este contexto, Mathias Rohe, profesor universitario y experto en cuestiones políticas en Alemania, advierte contra el aumento de los sentimientos antimusulmanes en este país, quien afirma que la lucha contra la islamofobia requiere la participación activa de sectores más amplios de la sociedad.

La normalización de la islamofobia y el aumento del odio antipalestino en Europa, desde el 7 de octubre, es impactante. Lamentablemente, la idea de que cualquiera que apoye la causa palestina también apoya el terrorismo se ha convertido en una política mediática organizada en Occidente.

Los islamólogos creen que la principal razón de la actitud militante de Occidente hacia el Islam, el Corán y el Profeta del Islam es su capacidad para liberar a personas de diferentes razas del dominio de otras. Según el texto del Corán, aceptar la dominación y la opresión de otros está prohibido y es Haram, así como ejercer la opresión es Haram (prohibido).

El Corán y el Profeta del Islam enseñan constantemente de la falta de diferencias entre razas y colores, y atribuyen la superioridad de los seres humanos a su “Taqwa”, término que representa la piedad religiosa; recuerdo y cercanía con Dios.

 

En la foto, cuerpos de palestinos muertos luego de uno de los bombardeos contra un hospital en Gaza. 

Según los expertos, la islamofobia reduce la carga psicológica de la masacre de palestinos por parte de Israel.