Extractos del último sermón del ayatullah Hakim, antes de su martirio


Los siguientes son extractos del último sermón que el ayatullah Muhammad Baqir al-Hakim pronunció, antes de su martirio en Irak.

El eminente mártir y estudioso religioso, por aquel entonces, jefe del Consejo Supremo para la Revolución Islámica de Irak, celebró la oración del viernes el 29 de agosto de 2003 en el mausoleo del Imam Ali, en la ciudad santa de Nayaf (Irak).

Unos minutos más tarde, cuando salía del mausoleo, el ayatullah Hakim fue objeto, mediante un coche bomba, de un cobarde atentado terrorista que provocó su martirio junto a otros ochenta y cuatro creyentes (según algunas fuentes, 125 mártires). El ataque fue atribuido a milicianos de Al Qaeda, que actuaron bajo las órdenes directas de al-Zarqawi, organizado por el Mossad, aparato de espionaje del régimen sionista de Israel.

Dado que el ayatullah al-Hakim era el jefe de la principal fuerza política iraquí hostil a los ocupantes angloamericanos, y también, a la luz de las fuertes y críticas directas que dirigió a las fuerzas de ocupación en Londres y Washington, es muy probable -según son una práctica común: que Estados Unidos e Inglaterra utilizaran milicianos de Al Qaeda para asesinar a este eminente líder religioso y político iraquí, que representaba un obstáculo importante e integral para sus proyectos de colonización política, cultural y económica de Irak.

Que Dios tenga misericordia de él y de los mártires que cayeron a su lado, y castigue a los asesinos e instigadores.

“Otro punto al que debemos prestar atención es la responsabilidad de las fuerzas de ocupación frente a estos ataques [unos días antes hubo un ataque contra una de las principales autoridades religiosas iraquíes, el Gran Ayatullah Said Hakim, Ed.]. Condenable en lo absoluto fue el hecho de que las fuerzas de ocupación no cumplieron con sus obligaciones legales y reales de proteger a las autoridades religiosas y los lugares santos.

Las fuerzas invasoras occidentales tampoco cumplieron con su deber de proteger a las organizaciones internacionales (…) Tampoco brindaron protección a las oficinas diplomáticas, como las embajadas extranjeras en Bagdad. Prevenir esos ataques era, supuestamente, responsabilidad de las fuerzas de ocupación, que debían cumplir con sus deberes. Sin embargo, no cumplieron con este factor, dando espacios a los terroristas organizados por los intereses norteamericanos y sionistas.

Lo más importante con respecto a las responsabilidades de las fuerzas de ocupación es que, desde el primer día que vine a Irak [después de décadas de exilio], e incluso antes de venir a Irak, declaré que [las fuerzas de ocupación] deberían dar a los iraquíes la capacidad de proteger los lugares sagrados y a las autoridades religiosas. No te necesitamos a ti ni a tus fuerzas. Los iraquíes son capaces de protegerse a sí mismos, a sus autoridades religiosas y a sus lugares sagrados...

Pedimos la formación de una fuerza iraquí religiosa, creyente y fiel. Esta fuerza protegería a las autoridades religiosas y los lugares sagrados en Irak. Los estadounidenses, británicos o extranjeros no deberían acercarse a estos lugares sagrados y la gente no debería permitirles hacerlo. Una fuerza iraquí debe hacerlo (…)

El último punto a este respecto se refiere a la cuestión de la seguridad en Irak en general. No me refiero sólo a garantizar la seguridad de las autoridades religiosas y de los lugares santos. Hemos visto que no hay seguridad en este país. Las fuerzas de ocupación hasta ahora no han logrado brindar seguridad y seguirán fallando, como he dicho antes.

La responsabilidad de la seguridad debería recaer en los propios iraquíes. Tienen una mejor comprensión de lo que está sucediendo en su país. Para garantizar y lograr la seguridad, el pueblo iraquí cooperará sólo con los servicios de seguridad iraquíes. Si los servicios de seguridad son extranjeros, el pueblo iraquí no cooperará con ellos. El antiguo régimen abordó el problema de la seguridad mediante la opresión y actos de agresión. No podemos seguir lo que ya estaba haciendo el antiguo régimen. Entonces, ¿cuál es la mejor manera?

La mejor manera es crear servicios de seguridad iraquíes con los que el pueblo iraquí esté dispuesto a cooperar para resolver el problema de seguridad. Debemos unir esfuerzos para restaurar la plena soberanía del pueblo iraquí mediante la formación de un gobierno nacional".

Traducción de Islamshia.org/ Edición: Islam.cl