Ramadán, mes de Dios (especial por las Noches del Destino)


Transcurren los días y las noches del bendito mes de Ramadán y nos encontramos cerca del término de este buen mes. En torno a Ramadán, el gran profeta del Islam, su santidad Muhammad, ha dicho: “Su inicio es la bendición, su mitad es el perdón y su final es el cumplimiento”.



Si dividimos este mes en tres partes, como el profeta ha afirmado en uno de sus importantes sermones, “el principio de Ramadán es la manifestación de la misericordia de Dios, la mitad es la manifestación de su perdón y la última es la salvación del fuego del Infierno. Es decir, el hombre aprovecha la primera parte para obtener bendiciones divinas, la segunda, para suplicar perdón por sus pecados, y la tercera para expresar sus peticiones y, es el momento de su cumplimento.



Entre las noches de la última parte de Ramadán, la noche 23 goza de una importancia especial. Algunos días y noches, debido a la atención de Dios y los eventos que ocurren en esta noche o van a ocurrir, gozan de honor y grandeza. La noche 23 del mes de Ramadán es una de estas noches, una de las Noche del Destino (Lailat al-Qadr).

 

De acuerdo con el Islam, la noche del destino es la más valiosa y la mejor noche del año. Esta noche goza de tal importancia que no solo varias aleyas del sagrado Corán se refieren a las características de esta noche, sino que también en el Corán una  sura lleva el nombre de Al-Qadr (El Destino). El Corán dice que en esta noche, Dios determina los hechos que enfrentará el hombre, es decir la vida, la muerte, la felicidad, las atrocidades, etc. durante todo el año, es por eso que se llama Noche del Destino.

 

Aunque algunas narraciones, las noches 19, 21 y el 23 del mes de Ramadán se consideran como las noches de destino, otras señalan a la noche 23 como la más importante. Algunas narraciones han aumentado la credibilidad de la noche 23.

 

Sobre esta noche, hay un dicho atribuido al imam Sadiq (P), que dice: “En la noche 23 de Ramadán, de acuerdo con la sabiduría divina, todas las cosas se dividen, y se registran en esta noche las miserias, las muertes, las vidas, y todo lo que Dios plantea hasta esa misma noche en el próximo año. Entonces, el creyente que pase esta noche rezando y adorando a Dios, las bendiciones estarán con él”.

 

Cada una de las noches de destino tiene ciertas acciones particulares, y algunos actos comunes con las otras noches del destino, entre las que destaca pasar la noche despierto, y pensar y estudiar temas que acercan al hombre a Dios. Por ejemplo, es adecuado dedicar una parte de esta noche a revisar, en privado, nuestro desempeño del año pasado. Revisamos nuestras acciones y comportamientos en este año, y pensamos que hicimos el año pasado y qué hacemos este año.

 

Con estos pensamientos, podemos proporcionar la introducción para un mayor aprovechamiento de esta noche. Le pedimos a Dios un mejor destino para el próximo año. Le pedimos que nos ayude a seguir el camino que le gusta. También, le pedimos perdón a Quien ha prometido perdonarnos en este mes, y especialmente, en esta noche, y decidimos obedecerlo más que antes.

 

El profeta Muhammad (P) presentó dos pesos pesados ​​a las sociedades humanas por parte de Dios, y afirmó que la conexión del hombre con estos dos conllevará la felicidad y la salvación. Estos dos pesos fueron, el Corán y la familia del profeta. La noche del destino, que es la noche para determinar los destinos, es propicio para recurrir al Corán y a la familia del Profeta (p). Por lo tanto, se ha mencionado en algunos dichos que, es bueno tomar el Corán durante la madrugada, rezar y ponerlo encima de la cabeza; como simbolismo de que el Corán es más importante que nada. Se debe mencionar a los catorce miembros de la familia del Profeta, de modo que esto demuestra que el Corán está junto con la familia del Profeta y la familia del profeta está al lado del Corán. En resumen, estos dos pesos son medios que nos aproximan a Dios.

 

El creyente que está ocupado con los asuntos de la vida y se ha alejado de su Creador, necesita un medio para acercarse a él y aprovechar de su misericordia. La adoración es la mejor herramienta, si recurrimos al Corán y a la familia del Profeta en la noche de destino, y nos acercamos a Dios a través de estos dos pesos, nos salvaremos. Porque si alguien no se libera a sí mismo en estos días, siempre será esclavo; esclavo de sus deseos materiales y estará lejos de la tranquilidad.

 

Recordar a Dios mediante la ayuda a los pobres y oprimidos y a los demás seres, también es otra de las acciones ordenadas.



Por lo tanto, todo ser humano consciente y despierto puede aprovechar la misericordia y la bendición divinas, conforme a su capacidad con la esperanza de que podamos aprovechar esta oportunidad excepcional y los beneficios infinitos de esta noche.

 

La noche de destino es la mejor oportunidad para pedir perdón por los pecados, y el Señor considera un privilegio especial para sus sirvientes en esta noche y, de hecho, es una excusa para perdonar a sus sirvientes. El gran Profeta del Islam (P), conforme uno de sus dichos, considera la existencia de la noche de destino como el auge de la gracia de Dios para su comunidad y dice:

 

“A mi comunidad, durante el mes de Ramadán, se le ha otorgado cinco cosas que no se le había dado a ningún profeta antes que yo. Pero el primer regalo: cada vez que llegue la primera noche del mes de Ramadán, Dios mira a sus sirvientes, y el que goce de la mirada de Dios nunca serán atormentados. Segundo, el mal olor de la boca de aquellos que pasan la noche despiertos por Dios será mejor que el olor de perfume. Tercero: los ángeles piden perdón para ellos por la noche y por el día. Cuarto: Dios Todopoderoso ordena a su paraíso adornarse para los sirvientes. Entonces ellos van al paraíso. Quinto: entonces, cuando llegue la última noche, Dios perdonará a todos los sirvientes”.

 

Un hombre preguntó: ¿Oh Profeta, se puede trabajar en la noche de destino? y el gran Profeta respondió: “No sabes que los trabajadores reciben su sueldo cuando acaba su trabajo”.

 

Es así que las personas que ayunan, en la oración de la noche de destino, levantan su mano hacia Dios y dicen: “¡Oh Dios! Dame la bendición de la noche de destino en este día y facilita mis trabajos y acepta mi perdón y perdona mis pecados. ¡Oh Dios! que eres amable con los buenos sirvientes”.

 

Fuente: Parstoday español