Nueve consejos muy importantes del difunto Ayatolá Al-Sayyid Kashmiri para el mes bendito de Ramadán:
1) Procura la calidad, no la cantidad.
No busques cumplir un número determinado de aleyas y súplicas, sino más bien cuida de entenderlas y aplicarlas. Un poco de alimento es suficiente si lo conviertes en parte de tu alma.
Piensa… ¿De qué te sirvió tanta recitación y lectura en los años pasados?
Con el comienzo del Ramadán, haz que tu intención sea ayunar única y exclusivamente para Dios. ¡Solo para Dios!
Cumple con la etiqueta del ayuno según el nivel adecuado de tu energía y actividad.
2) Asigna algunas horas de tu ayuno a la mejor adoración, que es la reflexión.
Que esta reflexión suponga para ti unos momentos de soledad, contigo mismo y con tu Señor, y piensa en la calidad de la relación entre el Todopoderoso y tú. Espera que se abran ante ti las puertas del conocimiento.
3) Una de las más importantes formas de adoración, especialmente en el mes de Ramadán es, según lo que declaró el Noble Profeta: "Una larga postración"
La postración de la adoración trae tanta lluvia de Misericordia y Bendiciones Divinas, que solo Dios y sus más cercanos fieles conocen.
4) Desayuna en casa, tanto como sea posible, para que disfrutes con tu familia de la bendición del desayuno y de la súplica concedida en ese momento.
Durante el desayuno, dirígete a Dios con sumisión y suplicando, porque has estado en ayuno por Él, y ha extendido sobre ti Su Generosidad.
Acerca el primer bocado a tu boca, pero no empieces a comer, reza y dirígete a Dios con urgencia para que te conceda tu necesidad, y luego rompe el ayuno... Esta situación hace milagros.
5) El secreto de continuar en la hospitalidad Divina durante el mes de Ramadán son los buenos modales.
Trata a familiares y amigos con buenos modales, compasión y amabilidad.
El momento en el que te sobreviene la ira y reaccionas por ello es el momento en que sales de la hospitalidad divina
6) El barco de Ramadán atraca en las olas del “mar de lágrimas" y te lleva a la costa de la salvación.
Pídele a Dios que te agracie con el llanto y las lágrimas en los momentos mágicos durante las veladas de este mes.
7) Desde el comienzo de este mes, haz que tu objetivo sea la noche del destino, que es el espíritu del mes de Ramadán
Trabaja para que la noche del destino se haga realidad en ti mismo, no en el mes.
8) Este mes es la primavera del Corán. Elige un versículo cada día y sigue recitándolo constantemente pensando en su significado, espera que este versículo te revele sus secretos con el desayuno
9) Durante todo el mes de Ramadán, deja que tu orientación permanente sea hacia el ayunante verdadero y el hombre perfecto, es decir, el Imán del tiempo, y no te distraigas de esto.
🌹Que puedas repetirlo todos los años con salud.🌹
¡Que Dios acepte tus acciones y tu obediencia a Él. Y suplica por nosotros!
