Con motivo del aniversario del martirio de la Santísima Fátima Az Zahra (P)


Medina aún estaba de luto por el Profeta del Islam. La ausencia del mensajero de Dios había cubierto el cielo y la tierra de lágrimas. Entre los compañeros del Profeta (saludos sean para él y sus descendientes), cada uno, conforme a su fe, sentía la ausencia de Mohamad, pero el mayor dolor estaba en la casa de la única hija del Profeta, la hazrat Fátima, a quien el Profeta llamó “madre de su padre” y “una parte de mi cuerpo”.


Fátima fue la amada hija del profeta de luz y bendición. Pero ella por sus propios meritos supo ganarse y ocupar un puesto elevado. Su destino es un relato único de una dama que fue leal a los valores humanitarios y morales y una excelente ilustración de sacrificio, pureza y generosidad. 


Parte de su niñez coincidió con los duros e inagotable días de misión del profeta en la Meca. El punto culminante de estas dificultades ocurrió durante los tres años de asedio en Saad Abitaleb, las cuales se duplicaron con la muerte de su querida madre hazrat Jadiya. 


Zahra, quien desde su niñez acariciaba a su padre y con sus lágrimas limpiaba las cenizas del rostro del orgullo de los creyentes. No había ninguna forma de tranquilizar tanto dolor porque no solo no podía olvidar al Profeta sino tampoco su mensaje. Sin embargo, la hazrat Fátima quería sacrificar su vida por cuerpo casi muerto del Islam.   

 

Lo que hizo aún más difícil la ausencia del Profeta, para la hazrat Fatima, fue la división que existía en la sociedad islámica. La hazrat Fatima vivía en una casa en la que el Profeta pedía permiso para entrar, pero después del fallecimiento del Profeta, su hogar fue atacado y su familia fue insultada y amenazada. Después de poco tiempo, la hazrat Fatima Zahra cayó mártir por lesiones físicas. En un acto significativo, ordenó a su esposo, el Imam Ali (P) que la enterrara por la noche y en un lugar desconocido, lo que era en sí una protesta contra la ignorancia y la desviación de la sociedad.


Su juventud también la inició en Medina cuando los infieles luchaban contra los musulmanes y las incesantes guerras les oprimían. En tales condiciones, Fátima, hace hasta lo imposible por proteger el arbolillo del Islam.


La vida de la querida hija del Profeta fue corta y no excedió los dieciocho años.  Pero su estilo de vida y su papel en diferentes ámbitos brillan como un valioso cuadro. A continuación, echamos un vistazo a algunas de las principales características de la hazrat Fátima, en espera que sean ejemplo para que las mujeres de hoy prosperen con estas virtudes.


Ella fue como la cura para cicatrizar los dolores y sufrimientos de su padre durante su misión. Otra parte de su vida tomó forma en la casa de su fiel esposo hazrat Ali (la paz sea con el) quien tenia un gran respeto por ella. Ali también ocupaba un lugar inestimable ante su suegro. El se sentía sumamente orgulloso de tener una esposa como Fátima, quien para Ali era su mejor compañera en el camino de obediencia a Dios. Por ello, al ser preguntado por el Enviado de Dios sobre su opinión en cuanto a su esposa? Respondió: ella es mi mejor amiga y compañera en obediencia a Dios. 


Fátima se deleitaba en la adoración espiritual a su Dios, puesto que había entendido la profundidad de la adoración y devoción. Su alma que rebosaba de adoración y espiritualidad, se manifestó en todo aspecto de su vida. Todo lo que ella llevo a cabo durante su vida fue con el propósito de acercarse más a su Señor. 


Su interés por los oprimidos fue tal, hasta el punto de soportar dificultades en la administración de su hogar y la educación de sus hijos, un acto dirigido a satisfacer a su Creador y que indica que su espíritu de devoción poco a poco se fue mezclando con su alma, por lo que el profeta de Dios dijo: 


Mi querida hija Fátima es la líder de las mujeres de todas las generaciones. Ella es un ángel que se ha posado en el rostro de un ser humano y que al postrarse para adorar a su Señor, la luz de su existencia brilla para los ángeles, así como las estrellas iluminan el mundo. 


Hazrat Fátima es una imagen clara de un personaje único y elevado. Además de haber poseído ideas altruistas y superiores y de mirar a su comunidad e historia de manera inteligente, Fátima tenía una personalidad firme con la que manifestó que toda mujer goza de una gran capacidad para lograr la perfección. 


Con una mirada profunda a la vida y poniendo en práctica las directrices divinas, Fátima pudo lograr un singular puesto espiritual. Ella decía que el hombre debía tener un conocimiento correcto sobre el mundo en el que vivía y que tuviera la capacidad de entender las realidades tal como eran. 


En este sentido, la gran dama del Islam, en su histórico sermón convocó al pueblo a recurrir a la razón y conciencia a fin de entender correctamente lo que pasaba a su alrededor, y declaró las realidades ocultas para que los musulmanes no se desviasen del noble camino de la religion. Después del fallecimiento del profeta, Hazrat Fátima se dirigió a la mezquita de Medina y anunció al pueblo el triste suceso. En esta mezquita, ella dio un sermón valioso que tiene varias partes. Hazrat Fátima en una parte de su sermón habla sobre la creación del mundo y en otra, venera el puesto elevado de profeta. 


Asimismo, citando los grandes hechos realizados por el Enviado de Dios, para la humanidad, analiza los acontecimientos ocurridos tras su fallecimiento. Los analistas recuerdan este sermón como uno de los más singulares y elocuentes que han sido pronunciados en la historia. Es por esta razón que observamos que Fátima, junto con su responsabilidad como madre, también gozó de una inteligencia y entendimiento profundo sobre los asuntos políticos y sociales.

 

Una de las características destacadas de la hazrat Fátima fue la alta posición espiritual de esta querida dama. El cuerpo y el alma de Fátima estaban tan entrelazados con el amor de Dios que, en todos sus movimientos y palabras, solo pensaba en la satisfacción de Dios. Lo que le agradaba en la vida era dar un paso al servicio de la verdad. Fátima siempre estuvo con su padre en las circunstancias más difíciles. En una época en que el Profeta luchó contra las manifestaciones de opresión e idolatría, Fátima defendió su noble causa.

 

Un día, el Profeta le preguntó a su hija: “¡Querida Fátima! ¿Qué necesitas y quieres? Ahora Gabriel está a mi lado y me ha enviado un mensaje de Dios Todopoderoso para cumplir lo que quieras”. La hazrat Zahra respondió a su padre: “El placer de servir a mi creyente me impide pedir demandas. No necesito nada más que ser espectadora constante de Dios,  Todopoderoso y misericordioso”.

 

 En torno a su hija, el Profeta (la paz sea con él) dijo: “"La fe en Dios ha penetrado profundamente en el corazón y el alma de  Fátima, de tal modo que se separa de cualquier cosa para la adoración, cuando se para en el altar de la adoración, su luz brilla para los ángeles del cielo y Dios, Todopoderoso le dice a los ángeles: ‘¡Mira a mi sirviente! Cómo me adora mientras su cuerpo tiembla y se ahoga en la servidumbre. ¡Oh, ángeles! sepan que han de salvar a los seguidores de Fátima del infierno’”.

 

 Este hadiz expresa maravillosamente el bienestar espiritual de la mujer en relación con el Creador, sobre la bondad y la belleza, por tanto, las mujeres musulmanas deben aprender de este hadiz cómo revivir el espíritu de adoración y servidumbre en sus actos y obras y establecer un parte del día solo para Dios. Pensar en el Creador y alabarlo, con la repetición de este acto, llenará nuestro corazón de amor y fe.

 

Dado que Fátima Zahra (P) tenía una visión precisa y profunda, fue una de las primeras personas después del Profeta en entender las peligrosas consecuencias de volver a los estándares ignorantes y advirtió a los musulmanes al respecto. La hazrat Fátima, consideraba el sagrado Corán y la familia del Profeta  ejes esenciales para la guía y la prosperidad de la comunidad y aseguraba que, con seguir estos dos puntos, los musulmanes podían alcanzar la felicidad. Como la más querida miembro de la familia del Profeta se dirigió a las personas que les faltaba un guía y decía: “¿Por qué se extravían? Mientras tenéis el Libro de Dios, su contenido es claro, y sus mandamientos son claros, y los signos de su guía son manifiestos”.

 

La hazrat Fatima organizó una familia que brilla a lo largo de la historia e inspira a los demás. Para ilustrar el ambiente de la casa de Fátima y Ali, la característica más importante de este centro íntimo es su enfoque en Dios, lo que es bien conocido en las relaciones íntimas de los miembros de esta familia y muestra que Dios es una verdad inigualable y admirable que aman todos los miembros de esta familia. El ambiente de la casa de Fátima es fragante y agradable con el sonido del Corán. Los niños ven a su madre susurrarle a Dios cada vez que se pone de pie para orar. La hermosa oración de Fátima con el Señor se centra en su conocimiento y su atención para ayudar a los demás; realmente es un momento indescriptible para los niños. Esta casa es el centro del afecto de Fátima con su esposa el Imam Ali. Con su amor y afecto se forma una familia cuyos hijos se convierten en historiadores y arquitectos del cambio mundial.

 

En la familia de Fátima no hay signos de ignorancia, fanatismo o egoísmo. La hija del Profeta, con  su personalidad, dejó claro que alcanzar la cima de la perfección no se limita al hombre o la mujer. Es un regalo por parte de Dios para los seres humanos para que puedan florecer sus habilidades internas. Una de las funciones brillantes de Fátima fue elevar el nivel de cultura de las personas y de la sociedad. Con un gran dominio sobre la profundidad de pensamiento y conocimiento religioso brilló como una luz sobre la sociedad y mostró el auge de la excelencia de la mujer en los campos de la ciencia y la ética humana.

 

Los últimos momentos de la vida de la hija del Profeta llegaron. Fátima aunque sufría de un gran dolor por las asperezas tenía una gran sonrisa y rezaba a Dios. Al respecto, Asma ha recordado: Vi a la hazrat Fátima Zahra que levantó la mano al cielo y dijo: ‘Dios, te pido que por el honor del Profeta del Islam y su amor por mí, y por  Ali y su pena en mi ausencia, y por la molestica de Hasan y Husein por mí, y por la dignidad de mis hijas y sus celos, tengas misericordia de los pecadores de la Umma de mi padre, perdónalos y llévalos al Paraíso, pues tu eres el más honorable refugio y el más misericordioso’”.


La hija del gran Profeta del Islam, la hazrat Fatima, cerró sus ojos el 3 de Yamadi al-Sani (octavo mes del calendario islámico de la hégira lunar) pero dejó los más eternos valores. Expresamos nuestras profundas condolencias a todos los amantes de la familia del Profeta.


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